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Arte, aromas y ritmos en la pileta del Parque de la Exposición

Cumbre de los Pueblos permitió la exhibición de las riquezas de diferentes partes del país.

Publicado: 2014-12-11

Alexandra Morote

El Parque de la Exposición es un punto de reunión muy diverso y la Cumbre de los Pueblos que se celebró del 8 al 11 de diciembre en ese espacio, no podía ser diferente. La pileta central fue testigo de un desborde de color, sabores, ritmos, arte y demás. Los visitantes podían recorrer los diferentes stands dispuestos en todo el rededor acompañados de la música que transmite en vivo Radio Activa, la radio de la Cumbre.

José, un colombiano del colectivo “Sembrando Ando”, me recibe en el primer stand donde vende arte plasmado en serigrafías con motivos de lucha pacifista. Debajo de su mesa tiene una serigrafía con la imagen de Edwin Chota. Al costado se venden libros, polos, pulseras, anillos hechos a manos por un grupo de mujeres.

Más allá, unas pucallpeñas me enseñan su arte con los adornos de diversos colores, llaveros de huairuros y hasta adornos con cráneos de tortuga y mono.

Al costado, un joven está haciendo serigrafiado de polos con diseños acerca del cambio climático. Me explica que estamos en la zona de arte y cultura que se le ha otorgado a la Cumbre de los Pueblos, la cual se ha venido trabajando desde hace cinco meses con diferentes organizaciones comunitarias.

Además, me cuenta que lo que estoy viendo hoy –refiriéndose al serigrafiado– es el resultado del trabajo que han venido haciendo en San Martín de Porres. Las fotos pegadas en el stand ilustran su explicación y me transportan hasta los talleres dictados. Le pregunto por el costo del serigrafiado, amablemente me sonríe y me dice que es libre para todos. Solo tengo que llevar mi polo. Lo apunto en mi agenda para no olvidar traer mi polo mañana.

Continúo el recorrido y llego a la zona de potajes orgánicos. Me dan a probar de todo. Algarrobina, miel, helado de quinua, manjar de café, mermelada de guayaba, mermelada de capulí (aguaymanto), polen, papas nativas fritas, sal de maras, pan de maíz morado, jugo de nopal y helados orgánicos andinos. También hay Tocosh sin olor, queso, azúcar orgánica, jugo de guanábana, harina de lúcuma, licor de lúcuma, aceitunas, arrachacha, pitajaya, chamburo, algas de las lagunas de Ancash, Cocaton (panetón con 10% de coca), entre otros. Realmente una delicia y abundante conocimiento en un solo día.

La mayoría de stands son de pequeños emprendedores del interior del Perú como Piura, Cajamarca, Loreto, Puno, Arequipa, Tacna, Ancash, Cusco, Lambayeque, Huánuco, Pasco, Ucayali, Ayacucho, Amazonas y Junín. Mientras que los demás stands son de países latinoamericanos como Bolivia, Guatemala y Ecuador.

Más adelante encuentro a un chiclayano exponiendo música andina, una loretana exhibiendo su arte convertido en adornos que tenían plasmada la palabra “Nauta”; juguetes para niños, exposición de fotos de la contaminación en Pasco. Por último, la revista de agroecología Leisa también se hace presente en este variopinto lugar.

Los precios son accesibles al público y están por debajo de la oferta local.

Sin duda, un día de aprendizaje por doquier, potajes y frutos medicinales que no había visto antes. La hora se pasó volando, bien dicen que el tiempo no existe. 


Escrito por

GrupoPerúCOP20

Somos un colectivo de más de 90 organizaciones de la sociedad civil con la tarea de articular propuestas para enfrentar el cambio climático.


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Grupo Perú COP20

Sociedad civil articulando propuestas para enfrentar el cambio climático.